La tecnología educativa mezcla dos áreas que están en constante evolución. Por un lado, la tecnología transforma cada momento nuestra vida, desde la forma de interactuar y comunicarnos, hasta el trabajo y la economía. Gracias a la neurociencia y muchos estudios recientes, la educación cuestiona sus caminos tradicionales y surgen metodologías que invitan a una transformación profunda en las formas de enseñar y aprender.
Uno de los principales retos para los centros educativos y los docentes es aprovechar al máximo la tecnología que ya tienen disponible, de manera que se logre un impacto positivo en la formación que requieren los estudiantes hoy en día. Empleada de forma creativa, la tecnología puede ser uno de los motores que transformen la enseñanza y el aprendizaje.
Otro reto para todos los líderes educativos es evaluar las tecnologías que van surgiendo e integrarlas de forma efectiva en la propuesta educativa. No se trata de tener el último modelo de robot o drone disponible, lo indispensable es que cada tecnología llevada a la realidad de la institución educativa apoye la labor de los docentes y fortalezca las competencias fundamentales que necesitan nuestros estudiantes: creatividad, pensamiento crítico, colaboración y comunicación, entre otras. La inversión en tecnología es muy alta para dejar al azar los usos que tendrá y los resultados esperados.
Eventos recientes como el CES 2020 en Las Vegas (EEUU) muestran invenciones llamativas, aunque en varios casos tendremos que esperar para que tengan usos relevantes en educación. Atendiendo las realidades y desafíos en Latinoamérica, propongo poner atención a estas cinco tecnologías que al consolidarse pueden marcar tendencias favorables para la transformación de nuestros centros educativos:
- La programación como herramienta para promover el Pensamiento Computacional, aprovechando diversos recursos para hacerla un área atractiva (aplicaciones, robots, drones, juegos de video y demás).
- El modelado e impresión 3D para hacer tangibles las ideas, crear prototipos y proponer soluciones.
- La realidad virtual y realidad aumentada para ampliar las fronteras del aula y motivar la curiosidad.
- El enfoque STEAM para ofrecer experiencias de aprendizaje integradas y vinculadas con los intereses de los estudiantes.
- El Internet de las Cosas (IoT) para experimentar nuevas formas de interconexión entre los objetos y el manejo de los datos recolectados por estos.
Seguramente podemos añadir más tecnologías a la lista anterior, sin embargo, incorporar de forma óptima algunas de estas tecnologías implican ejecutar varios planes de acción en infraestructura tecnológica, seguridad, soporte, currículo, así como en capacitación y asesoría, por mencionar algunas. Y no podemos olvidar que todas estas innovaciones requieren la aplicación de metodologías activas para que tengan los efectos esperados, principalmente en el quehacer de los docentes y el aprendizaje de los estudiantes.
Los desafíos en tecnología educativa son muchos y se hace necesario que todos los actores de la institución asuman un rol activo: la visión y el liderazgo de los directivos, la disposición de innovar de los docentes, el interés de los estudiantes por aprender, la buena asesoría de especialistas y el acompañamiento de las familias con temas claves como la ciudadanía digital.
En TBox trabajamos desde hace más de 22 años con muchos centros educativos en Latinoamérica, desarrollando una propuesta innovadora que facilita que docentes y estudiantes exploren el uso de diversas tecnologías, empleando una estrategia didáctica que facilita el aprendizaje significativo. ¡Juntos podemos hacer que la tecnología haga la diferencia en la educación!