Escrito por:
Juan Valiente
Director Ejecutivo TBox
La Inteligencia Artificial (IA) está generando preocupación y admiración en el mundo. Sus capacidades productivas y de aprendizaje en diversas áreas del quehacer humano encienden alarmas. Personas de diversas profesiones ven riesgos en sus ingresos por la posible sustitución de algunas tareas a través de motores de IA. Y también los educadores estamos preocupados del impacto en la enseñanza y el aprendizaje.
Creemos que la IA puede sustituir el esfuerzo académico de estudiantes al producir por ejemplo ensayos sobre temas complejos, presentaciones de distinta naturaleza, producciones artísticas, resolución de problemas matemáticos, físicos, químicos, etc. El temor que se instala es que los estudiantes se acomodarán a no aprender nada y simplemente harán uso de estas poderosas herramientas. Hay que mostrarles en cambio a las personas cómo estas herramientas nos pueden ayudar a aprender mejor. También hay que mostrar a los docentes cómo podemos utilizar estas herramientas para ser más innovadores y dedicar tiempo de mayor calidad a la interacción con los alumnos.
¿Pero qué es la inteligencia artificial? Usemos definiciones cotidianas. La IA es un sistema informático que simula los procesos de la inteligencia humana, que incluyen aprendizaje, razonamiento y medición de resultados. Hay sistemas de IA débiles o fuertes. Los débiles son aquellos diseñados para una función muy particular, como Siri o Alexa. Los fuertes son los que tienen capacidades cognitivas, aquellos que presentados con un problema tienen suficiente inteligencia para razonar y encontrar soluciones alternativas. Por ejemplo, a ChatGPT se le pueden plantear diversos problemas y es capaz de producir soluciones mostrando además el proceso para llegar a ellas.
En el ámbito educativo lo más relevante es cómo revolucionará el aprendizaje y la enseñanza. ¿Cómo podría mejorar la forma en la cual los estudiantes aprenden? La IA permitiría profundizar el sueño de la enseñanza personalizada. Los sistemas educativos basados en IA lograrían evaluar el progreso individual de cada estudiante y darían retroalimentación inmediata. Al identificar las áreas fuertes y débiles de cada estudiante, los sistemas educativos pudieran reorganizar de forma dinámica el contenido a estudiar y a aprender por cada uno. ¿Veríamos mejores resultados en el aprendizaje?
En la enseñanza, pudiera convertirse en un elemento que generara eficiencia para los docentes. Ellos y ellas pudieran utilizar sistemas basados en IA para la realización de tareas repetitivas y así enfocarse en la construcción de mejores relaciones con sus estudiantes para poder atender directamente sus inquietudes y desarrollar una enseñanza personalizada.
Adicionalmente, sistemas educativos con fuerte fundamente tecnológico e IA pueden poner a disposición de los estudiantes más recursos en línea. Las instituciones y los Estados pudieran ecualizar mejor la enseñanza al lograr que toda esta información estuviera disponible a través de internet. Hablamos de videos, de sistemas interactivos, de tutorías, de seminarios en línea (conocidos como webinar), etc. Ya no importarían las condiciones geográficas o económicas si se resuelve el tema de la infraestructura tecnológica y accesibilidad.
La IA en la educación requiere ser parte de la transformación digital educativa. No se trata de agregar estas soluciones sobre la infraestructura, metodología, capacidades institucionales, capacidades docentes actuales. Se requiere transformar ahora de verdad el proceso educativo de manera que los nuevos sistemas basados en IA logren los objetivos establecidos de mejorar la enseñanza y el aprendizaje.
Otro reto, no menos importante, que debe ser incorporado a los sistemas educativos es la formación de los estudiantes para que puedan convertirse en creadores de tecnología y en profesionales que puedan hacer un uso inteligente, ético y responsable de las tecnologías disponibles como sistemas basados en IA. Considerando las transformaciones que estamos viviendo en el mundo laboral y en la economía global, se hace imprescindible lograr que los estudiantes estén listos para estas oportunidades y desafíos.
Cada institución debe revisar a la luz de su visión, de sus valores, de su enfoque, las posibilidades y limitaciones que la IA tendría sobre los procesos educativos. En todo caso, los estudiantes deben lograr un entendimiento claro de cómo hacer uso de los sistemas basados en IA para potenciar su propio aprendizaje. No se trata de usar un sistema para que haga una tarea por ti, lo cual sería irresponsable y falto de ética. Se trata de hacer uso de estas herramientas para entender cómo puedo mejorar la tarea que ya elaboré y que debo presentar. Hay una fortaleza inherente en este proceso de retroalimentación que mejora el aprendizaje.
La IA ha venido a cambiar las reglas del juego en la economía, en los trabajos, en la educación. Por responsabilidad con las nuevas generaciones, no debemos permitir que los sistemas educativos sigan anclados en procesos vinculados a la era industrial. Debemos abrazar los retos del futuro promoviendo desde ya con ética y responsabilidad las transformaciones digitales que requieren nuestras instituciones para servir mejor a nuestros estudiantes.
