Los últimos años se han caracterizado por avances acelerados en muchos ámbitos de nuestras vidas. La tecnología está redefiniendo constantemente nuestro día a día: influye directamente en cómo trabajamos y cómo nos comunicamos. Ahora muchas cosas se hacen más fácilmente. Pero ¿qué sucede con la educación?, ¿seguimos con el modelo en donde el estudiante debe memorizar?, ¿cómo pasamos de la teoría a la práctica? La educación tecnológica facilita que el estudiante pueda aprender haciendo. Este es uno de los fundamentos educativos de TBox y se logra por medio de actividades en donde los estudiantes interactúan, experimentan, ¡se equivocan!, exploran diferentes soluciones. Esto facilita que los estudiantes no solo comprendan la teoría, sino que la pongan en práctica. El rol del docente cambia de ser el instructor a un facilitador del aprendizaje.
Pasar de la teoría a la práctica es fundamental: ¿será suficiente comentar cómo se edita una imagen, sin que el estudiante pueda realizar el proceso?, ¿será suficiente explicar cómo se programa, sin que el estudiante haga una línea de código?, ¿será suficiente explicar toda la teoría relacionada con la robótica, sin que el estudiante pueda construir y programar un robot?, ¿será suficiente que un estudiante realice un diseño 3D sin que pueda ver el modelo impreso? Cuando logramos que los estudiantes experimenten, los estamos acercando a la realidad de la vida, en donde no existe una única solución. El reto está en encontrar el camino correcto para resolver una situación particular.
En resumen, podemos decir que el aprendizaje práctico tiene los siguientes beneficios:
Conexión con el mundo real
Los estudiantes pueden observar cómo sus conocimientos se aplican en actividades cotidianas, lo que aumenta la relevancia de lo que están aprendiendo.
Mayor motivación y compromiso
Al trabajar en proyectos que les interesan, los estudiantes invierten más tiempo y esfuerzo en resolver las situaciones planteadas.
Preparación para el futuro
Se prepara a los estudiantes para que enfrenten un futuro laboral incierto, en el que muchas profesiones aún no existen.
¿Qué hacemos en TBox?
En los diferentes proyectos de TBox usamos metodologías activas, como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) y el Aprendizaje Basado en Retos (ABR) con el objetivo de despertar la curiosidad de los estudiantes y colocarlos en el centro de su aprendizaje. Muchos piensan que la innovación educativa está relacionada con una gran inversión, sin embargo, todo parte de un cambio de mentalidad. Debemos preguntarnos cómo podemos enseñar mejor, cómo logramos que los estudiantes se involucren más en su propio aprendizaje y cómo diseñamos experiencias educativas que desarrollen competencias reales, para un mundo presente y futuro.
En TBox usamos las diferentes herramientas que brinda la tecnología para potenciar la innovación: herramientas de programación, ofimática, simuladores, aplicaciones interactivas, etc. Además, poco a poco se han ido integrando tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial y la Realidad Aumentada con el objetivo de transformar la experiencia de aprendizaje. Fomentamos la creatividad, creamos las condiciones para que los estudiantes tomen decisiones y usen el pensamiento crítico.
Cada proyecto de TBox tiene un propósito claro que se plantea desde el inicio y recorre cuatro momentos fundamentales:
Investigar
Aquí los estudiantes se familiarizan con la temática del proyecto. Responden una serie de preguntas buscando las respuestas en diferentes fuentes de información. No se trata solo de responder las preguntas, sino comprender qué es lo que se les está preguntando.
Explorar
Los estudiantes exploran diferentes opciones y procesos para usar de la mejor manera posible las herramientas asociadas al proyecto. Practican diferentes maneras de usar el software disponible.
Construir
Los estudiantes resuelven la tarea central del proyecto poniendo en práctica todo lo aprendido hasta este momento. Aquí obtienen un producto final, relacionado con la herramienta tecnológica con la que han estado trabajando.
Aplicar
Se busca que los estudiantes practiquen lo aprendido, resolviendo una situación propia de su entorno. Se plantean un problema real y buscan la mejor solución, desde la experiencia adquirida en las actividades anteriores. Pueden incidir en algo relacionado con su familia, su nivel educativo, grado o grupo, colegio o su comunidad, dependiendo de la edad.
Aplicación de caso real
En una de mis visitas a una institución educativa de Querétaro (México), tuve la oportunidad de observar clases de cuarto de primaria. La maestra hacía su mejor esfuerzo explicando el uso de un programa de base de datos. En un momento determinado me acerqué a algunos estudiantes y les pregunté qué les parecía el proyecto. La opinión de una estudiante hizo que comprendiera que vamos por el camino correcto: “este proyecto es difícil y a veces algo aburrido, sin embargo, he visto que mi papá lo usa para su trabajo y tengo claro para que lo podré usar en un futuro”. Esto es lo que buscamos: no solo alimentar de conocimientos teóricos a los estudiantes, sino lograr que sepan para qué lo pueden usar a futuro.
Si un estudiante comprende que puede crear tecnología y no solo consumirla, se vuelve innovador en cualquier área, desde las ciencias, la ingeniería hasta las artes, el emprendimiento o las humanidades.
Sin embargo, no deja de ser importante las plataformas con las que se trabaja: seguras, innovadoras y con una interfaz orientada a la edad de los estudiantes. Frases como ¡me encanta esta aplicación!, dada por un estudiante de segundo de primaria de un colegio de Ciudad de México, llena de satisfacción el trabajo que realiza todo el equipo de TBox.
Lo anterior no sería posible sin un liderazgo comprometido con el cambio, directores que ven más allá del día a día, que tienen claro que todo es un proceso y que los resultados seguramente no se tendrán de inmediato.
De la teoría a la práctica con TBox
Es necesario pasar de la teoría a la práctica en la educación tecnológica. En este mundo en donde la tecnología cambia a pasos agigantados, en donde la innovación es constante, la enseñanza debe preparar a los estudiantes para que sean protagonistas del cambio, no simples espectadores.
Debemos potenciar el pensamiento crítico y la creatividad de los que son el futuro del planeta. El aprender haciendo, la enseñanza práctica, las competencias digitales y la innovación deben formar parte del ecosistema educativa actual.
¡La mejor manera de aprender, es haciendo!
